miércoles, 11 de abril de 2012

¿En qué consiste la práctica de Yin Yoga?

Hay muchas formas diferentes y estilos de yoga disponibles para su estudio en la eterna búsqueda de la salud física y mental y físico – Hatha, Ashtanga, Sivananda, por nombrar sólo algunos.

Sin embargo, probablemente una de las más inusuales es Yin Yoga.

Esta práctica de yoga combina las tradicionales posturas de Hatha, la filosofía taoísta y la teoría de los meridianos.

La práctica complementa los estilos más yang de yoga de la energía por ejemplo, yoga Ashtanga, correr, nadar, etc, o un estilo de vida estresante ritmo rápido y, por consiguiente, es un perfecto complemento a las clases en las que participan.

Los tres principios fundamentales de Yin Yoga son los siguientes:

(1) llegar a la profundidad adecuada de la postura, el lugar donde el cuerpo de forma natural se detiene, donde se empieza a sentir la sensación y el desarrollo en el cuerpo, libre de toda tensión muscular y el dolor, donde la respiración se mantiene suave y natural;

(2) encontrar la calma en el cuerpo, la entrega en la forma, permitiendo que los músculos alrededor de la zona objetivo permanezcan pasivos (relajados);

(3) mantener la postura durante un largo periodo de tiempo. Cada postura se mantiene en el suelo durante unos cinco minutos y más.

Yin Yoga se centra en el fortalecimiento y el alargamiento de los tejidos conectivos (ligamentos, tendones y fascia), estimulando el flujo del chi a través de los canales de energía del cuerpo.

El tejido conectivo responde mejor a los estiramiento pasivos, en lugar del movimiento rítmico, que se adapta mejor a los músculos. Como resultado, se conoce a la práctica de Yin Yoga como el yoga de las articulaciones.

Yin Yoga nos trae de vuelta a nuestras raíces, a un estado de meditación interna, tiene profundas beneficios físicos, emocionales y energéticos.

Físicamente, esta práctica ayuda a mantener la agilidad y la movilidad de las articulaciones por debajo del ombligo y por encima de la rodilla, la búsqueda de una mayor comodidad en el cuerpo en quietud y más gracia en el movimiento.

Energéticamente, este tipo de yoga es esencialmente una forma de acupuntura sin agujas, que permite al sistema de energía encontrar su propio equilibrio natural, equilibrio y armonía.

Emocionalmente, nos permite la creación de un espacio para respirar, para permanecer quietos y simplemente observar de una manera libre, la gama de emociones, nos permite el cultivo de la aceptación de lo que es, la posibilidad de desarrollar una capacidad de recuperación emocional y madurez.

Psicológicamente, esta práctica puede ayudar a desarrollar la capacidad de concentración, para centrar nuestra atención, para cultivar la conciencia de lo que está surgiendo en nuestro interior.


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"Creemos que hay siete posturas arquetípicas que son la base de la práctica de asanas.  Los primeros cinco arquetipos se aplican a las ...