jueves, 11 de octubre de 2012

Yin Yoga



Yin yoga tiene sus raíces muy vinculadas a la Medicina China y una filosofía que incorpora el estudio de los canales energéticos del cuerpo o ‘meridianos’ en los cuales los distintos órganos del cuerpo y las emociones están conectados. Mantener una postura yin durante un cierto tiempo estimula y atrae la energía hacia los distintos meridianos, ayudando al cuerpo a desbloquear, regenerar y reforzar ciertas zonas, mejorando la circulación.

Generalmente Yin Yoga se dirige mayoritariamente a las caderas, la pelvis y la zona lumbar de la columna vertebral.

Se diferencia de otros tipos de yoga en que se mantienen las posturas durante más tiempo. Aunque el estilo es más ‘pasivo’ a primera vista, ofrece otro nivel de exigencia al practicante. Al estar en una postura durante tres o más minutos, la práctica ofrece una oportunidad de dar los primeros pasos hacia la meditación.

Según la medicina china, la armonía y la salud se encuentran cuando todos los aspectos yin y yang en la vida están en equilibrio – este estado, el “Dao” nos lleva a la tranquilidad. Y en todas las distintas facetas de la vida necesitamos tanto el yin como el yang.

Al empezar una práctica yin el alumno descubre un espacio muy valioso para completar lo que hoy en día es una vida muy activa (yang) con la posibilidad de observar y conectar con su interior (yin), ya que obliga a mantenernos quietos durante unos instantes viviendo realmente el momento presente.

A nivel fisiológico los beneficios de Yin Yoga llegan al trabajar y estimular los tejidos más profundos, por ejemplo dentro de las articulaciones. Éstas necesitan más tiempo para abrirse y liberar tensión, muy a menudo guardada en estas zonas del cuerpo y derivada de las emociones.

Una práctica con tradiciones adquiridas de los sabios y que tiene un beneficio muy valioso en cuanto a formar y educar también a la mente – pues mientras trabajamos el cuerpo, de forma simultánea, podemos entrenar la mente y conseguir una sensación de bienestar gracias a los ejercicios que además tienen efectos duraderos.

Fuente: www.almadeyoga.com

martes, 26 de junio de 2012

Cómo nuestras emociones y pensamientos se relacionan con nuestro cuerpo



La Medicina Tradicional China considera que todas las enfermedades y problemas de salud son producidos por un desequilibrio de las emociones.

Según esta filosofía podemos encontrar como las emociones primarias, están relacionadas con los principales órganos internos: la alegría al corazón, la cólera al hígado, el miedo a los riñones, la tristeza a los pulmones, el pensamiento ansioso al bazo.


Por ejemplo:
- El corazón se abre en un clima de alegría, pero demasiada alegría lo hace latir y turba el plexo solar;
- La cólera puede ser una válvula de seguridad para salvaguardar la integridad del hígado, pero la rabia en exceso lo perjudica;
- El miedo nos estimula a actuar con prudencia, conservando la energía en los riñones, pero si es desproporcionado e irracional, provoca una pérdida de líquidos y de energía esencial;
- La tristeza favorece la interiorización y la sensibilidad perceptiva útil para los pulmones, pero el exceso o la falta de llanto bloquea el pecho y obstruye las vías respiratorias;
- La reflexión le sirve al bazo para dar forma a los pensamientos, pero el exceso de preocupación provoca problemas al estómago.

Cada pensamiento, cada palabra, envía un mensaje a las células, según sean ellos así serán las vibraciones.


Si tengo pensamientos de alta vibración, es decir pensamientos positivos, de alegría, de esperanza, de prosperidad, mis células reciben vibraciones positivas y mi sistema inmunológico se activa protegiéndome de las enfermedades.


En cambio si continuamente me dejo llevar por la desesperación, el estrés, la ansiedad y sóo pienso en cosas desagradables, estoy inconscientemente destruyendo mis células y generando cualquier enfermedad.

miércoles, 20 de junio de 2012

¿Dolor en las articulaciones? La práctica de Yin Yoga puede ayudar.


 Yin Yoga es una forma lenta de Yoga, con posturas que se mantienen en el tiempo y pueden alargar la vida de sus articulaciones.

Llámelo la paradoja del ejercicio. Cuanto más ejercicio lleva a cabo, mayor será la probabilidad de lesión: un latido en su rodilla mientras corre, una puntada aguda en la espalda al girar de un servicio en el tenis. Sus músculos se tonifican y fortalecen, sin embargo, hay que enviarlo a la banca por sus articulaciones doloridas.

Pero una forma creciente de yoga tiene por objeto proteger esas zonas tan vulnerables al desgaste. "Yin Yoga es la rehabilitación conjunta", dice Paul Grilley, el padrino del movimiento. "Las posturas ejercitan las articulaciones de una manera similar a como otros tipos de movimientos ejercitan al corazón."

En lugar de fluir con fuerza entre las posturas, como lo haría en un ritmo rápido, el "yang" de estilo Ashtanga Yoga, Vinyasa Yoga, Yin Yoga le enseña a relajarse en posturas simples, en las que ud. solo permanece cierto tiempo, de modo que el estiramiento penetra en el tejido conectivo en las distintas articulaciones, columna vertebral, caderas y otras articulaciones. "Mantener una postura durante un largo período puede ser beneficioso", dice Claudette LAJAM, MD, profesor asistente de cirugía ortopédica del Centro Médico Langone de la NYU. Con el tiempo, la fascia, el tejido que une a los grupos de músculos puede inflamarse y se adhieren a los músculos, LAJAM explica, que puede causar dolor y rigidez. "Sin embargo, repetidas, estiramientos suaves puede ayudar a liberar a los puntos de fricción."

Una clase puede comenzar con una inclinación hacia delante sentado, que se mantiene durante tres a cinco minutos. Casi imperceptiblemente, su cuerpo se acomoda en la postura. Su respiración se hace más lenta. Y puesto que usted no está en esfuerzo, es menos probable que se lastime.

No es que Yin Yoga sea fácil. Cualquier permanencia en la postura a lo largo del tiempo pueden provocar un dolor sordo. Pero eso puede llevar a una retribución más grande, dice Sarah Powers, autora de "Insight Yoga". "En lugar de tener que estar cómodo para relajarse, uno aprende a relajarse con el malestar o incomodidad. Eso es una habilidad transferible (a otras situaciones de la vida)."

Después de unas cuantas respiraciones, la incomodidad desaparece y es reemplazada por una sensación de apertura y espacio en su cuerpo. Sin embargo, el mejor argumento a favor de Yin Yoga puede ser la forma en que se calma la mente, creando una sensación de profunda frescura, como si, en palabras de Sarah Powers, se haya tomado "una ducha interior".


Amy Gamerman
Oprah Magazine

domingo, 3 de junio de 2012

Yin Yoga



Yin Yoga es una forma de Hatha Yoga  simple, potente y facil de aprender. Con un repertorio de unas 20 posturas puedes desarrollar una práctica propia. 

Yin Yoga  pone énfasis en relajar, abrir y conectar con uno mismo. Es una práctica ideal para equilibrar una vida activa y ocupada. Emplea “props” (elementos), herramientas de apoyo (mantas, almohadones, etc.), casi todas las posturas las hacemos en el suelo para favorecer un proceso de relajación y del soltar. Una práctica de Yin Yoga requiere mínimo esfuerzo muscular en las posturas. Yin Yoga integra conceptos de medicina China, por ejemplo el concepto de Yin y Yang y los canales de energía que recorren el cuerpo. 


miércoles, 11 de abril de 2012

¿En qué consiste la práctica de Yin Yoga?

Hay muchas formas diferentes y estilos de yoga disponibles para su estudio en la eterna búsqueda de la salud física y mental y físico – Hatha, Ashtanga, Sivananda, por nombrar sólo algunos.

Sin embargo, probablemente una de las más inusuales es Yin Yoga.

Esta práctica de yoga combina las tradicionales posturas de Hatha, la filosofía taoísta y la teoría de los meridianos.

La práctica complementa los estilos más yang de yoga de la energía por ejemplo, yoga Ashtanga, correr, nadar, etc, o un estilo de vida estresante ritmo rápido y, por consiguiente, es un perfecto complemento a las clases en las que participan.

Los tres principios fundamentales de Yin Yoga son los siguientes:

(1) llegar a la profundidad adecuada de la postura, el lugar donde el cuerpo de forma natural se detiene, donde se empieza a sentir la sensación y el desarrollo en el cuerpo, libre de toda tensión muscular y el dolor, donde la respiración se mantiene suave y natural;

(2) encontrar la calma en el cuerpo, la entrega en la forma, permitiendo que los músculos alrededor de la zona objetivo permanezcan pasivos (relajados);

(3) mantener la postura durante un largo periodo de tiempo. Cada postura se mantiene en el suelo durante unos cinco minutos y más.

Yin Yoga se centra en el fortalecimiento y el alargamiento de los tejidos conectivos (ligamentos, tendones y fascia), estimulando el flujo del chi a través de los canales de energía del cuerpo.

El tejido conectivo responde mejor a los estiramiento pasivos, en lugar del movimiento rítmico, que se adapta mejor a los músculos. Como resultado, se conoce a la práctica de Yin Yoga como el yoga de las articulaciones.

Yin Yoga nos trae de vuelta a nuestras raíces, a un estado de meditación interna, tiene profundas beneficios físicos, emocionales y energéticos.

Físicamente, esta práctica ayuda a mantener la agilidad y la movilidad de las articulaciones por debajo del ombligo y por encima de la rodilla, la búsqueda de una mayor comodidad en el cuerpo en quietud y más gracia en el movimiento.

Energéticamente, este tipo de yoga es esencialmente una forma de acupuntura sin agujas, que permite al sistema de energía encontrar su propio equilibrio natural, equilibrio y armonía.

Emocionalmente, nos permite la creación de un espacio para respirar, para permanecer quietos y simplemente observar de una manera libre, la gama de emociones, nos permite el cultivo de la aceptación de lo que es, la posibilidad de desarrollar una capacidad de recuperación emocional y madurez.

Psicológicamente, esta práctica puede ayudar a desarrollar la capacidad de concentración, para centrar nuestra atención, para cultivar la conciencia de lo que está surgiendo en nuestro interior.


viernes, 23 de marzo de 2012

Yin Yoga ¿Debo permanecer o debo salir?

Yin yoga, en caso de que nunca hayas oído hablar de Yin Yoga antes, es un estilo de yoga en el que te mueves lento hacia un estiramiento muy intenso y luego sólo tratas de relajarte en la postura durante cinco minutos o más. Uno de mis practicantes cariñosamente lo llama la "Cámara de Tortura."

Es una práctica muy profunda, puede ser muy relajante y, a veces, muy emocional. Se llama "Yin" en oposición a la mayoría de los otros estilos de yoga ("yang") que estiran, fortalecen y calientan el cuerpo de forma más dinámica. Por ejemplo el yoga Vinyasa fluye fácilmente, es estéticamente bello, en comparación, Yin yoga es una exploración de las sombras, la lucha, e incluso la destrucción de Kali. Suena divertido, ¿verdad?

A veces llegamos al Yoga para -de alguna manera- unificarnos. Otras veces llegamos al yoga, porque necesitamos a desmoronarnos. Porque sólo cuando estemos dispuestos a rompernos en pedazos, tenemos la opción de poner nuestras piezas juntas de nuevo. Podemos llegar a ser "nuevos".

Cuando entramos en la postura del cisne (una postura de apertura profunda de la cadera) y permanecemos allí por un tiempo, algunas cosas pueden suceder. Te sientes incómodo. Tu mente te pedirá moverte, cambiar algo. Te preguntarás si el profesor se ha olvidado de ti.  Sentirás que el calor se eleva. Te sentirás triste. O te vas a enojar. Quizás aparezcan recuerdos profundamente enterrados, se harán visibles en tu mente consciente. Te imaginas una escena de batalla en tu mente. O empiezas a llorar. Te puedes aburrir. O vas a empezar a reír. Quizás quieras golpear al profesor en la cara cuando las sensaciones intensas vuelvan una vez más a tus piernas.

Así se puede ver cómo la práctica de Yin Yoga es, en cierto modo, un microcosmos de la vida misma.

Y mientras estamos sentados allí sufriendo la montaña rusa emocional que la postura (en este caso, del cisne) plantea, estamos practicando una destreza muy útil, el discernimiento o viveka, en sánscrito, es la capacidad de conocer la respuesta a la eterna pregunta, ¿debo quedarme o debo salir?

Sabemos que, en el yoga, cierta sensación de malestar o incomodidad está bien. El malestar puede ser bueno. Esto significa que hemos llegado hasta el límite. Imagina una valla. Podemos ver las fronteras, ver cómo se siente estar allí, y mirar por encima al otro lado sin tener que saltar sobre el alambre de púas. Podemos pasar el rato en un lugar que amenaza con revelar una capa más profunda de nuestro ser verdadero, aún cuando la mente está haciendo todo tipo de trucos para tratar de volver a su zona de confort.

El dolor, sin embargo, no está bien. El dolor es la señal del cuerpo de estar transitando un espacio que no es seguro. Independientemente de lo que está pasando en la mente, el cuerpo está enviando advertencias que provocan tensión, la respiración comienza a acelerarse, y el sistema nervioso simpático se prepara para la lucha o la huida. Si esto sucede, tenemos que salir. Salir de la postura, encontrar una nueva postura, ajustar la postura con el uso de elementos (almohadones, mantas, etc), o salir del salón de prácticas. Está bien si uno no está listo todavía. Echando un vistazo a la valla nos da una gran cantidad de información, no siempre tenemos que estar listos para saltarla.

A veces pienso que lo que estamos practicando en yoga es todo lo que sucede fuera de la colchoneta de yoga. Cuando lleguemos a comprender la diferencia entre el dolor y la incomodidad en nuestros cuerpos, lo podremos aplicar en nuestras vidas. Nos plantea una buena pregunta: ¿es esta incomodidad que siento algo de lo que puedo aprender o es hora de salir de esta habitación/trabajo/relación/ciudad?

Es una cosa increíblemente valiente permitirse a uno mismo permanecer en lugares incómodos y estar al mismo tiempo, presentes. Es tan fácil para nosotros adormecernos en la postura distrayéndonos, planificando el resto de nuestro día, o cambiando incesantemente los apoyos alrededor. Lo hacemos todo el tiempo en nuestras vidas, llenamos nuestros horarios hasta el límite, así no tenemos que estar a solas con nosotros mismos, saltamos de una relación a otra, de manera que no tenemos que estar a solas con nosotros mismos, beber o fumar o cambiar trabajos o ciudades constantemente para no tener que estar a solas con nosotros mismos.

Nuestras vallas se pueden sentir enormes e infranqueables en nuestras mentes, cuando en realidad nunca se las mira. Unos minutos a solas contigo mismo y con tu cuerpo, más allá de tus límites, puede ser una experiencia aterradora y profundamente poderosa.

Entonces, un día, la valla se ve un poco más pequeña, un poco menos intimidante.
Y otro día, darás un salto y pasarás la valla.


Fuente: http://www.spiritualityhealth.com

domingo, 26 de febrero de 2012

La práctica de Yin Yoga

La práctica del yin yoga consiste en trabajar a un nivel profundo, anatómicamente hablando. Podemos decir que es una práctica donde por medio de la relajación y uso de la gravedad natural del cuerpo, se llega a la apertura (por la duración que tiene cada asana)
El yin y el yang son términos usados por los taoístas para describir el opuesto de las relaciones con todo, son términos para entender dos polaridades que existen y se relacionan con todo. El Yin está asociado con lo femenino, lo sólido, lo que tiene siempre una forma, que no cambia, interno, que no se mueve. Sin el yin no hay yang, sin lo pasivo no hay movimiento,  sin lo oculto no se puede estar al descubierto,  así se manifiesta esta dualidad

               Yang: músculos, tendones, movimiento
               Yin: huesos,  ligamentos, pasividad
Sus beneficios son muchos a nivel anatómico, pues esa pausa permite que, en la tensión moderada que se está generando en la postura, se regenere el tejido conectivo, se vuelvan a habilitar la articulación y se logre una mayor apertura del sistema a nivel articular. En esta práctica el movimiento a nivel muscular es nulo, realmente el hueso es el que está trabajando, la práctica de yin yoga nos ayuda a reajustar y alinear nuestra estructura ósea.
Cuando nuestro cuerpo físico entra en esa pausa prolongada y se relaja la articulación , se comienza también a explorar la parte más profunda de uno mismo, fluye la respiración y la mente entra en pausa, en una especie de meditación, en un estado de silencio donde la única música es tu propio sonido interno. 

Hablar del yin yoga es hablar de un laboratorio de tu propio cuerpo. Es comenzar a  entrar en la nada y en el todo, es activar y viajar a través de tus centros energéticos, de tus nadis, de tus meridianos.


Fuente: El Sendero

miércoles, 11 de enero de 2012

Entrevista de Yoga Journal a Paul Grilley sobre la práctica de Yin Yoga


Yoga Journal: ¿Cuál fue su primera experiencia con Yin Yoga?
Paul Grilley: En 1981 vi al experto en artes marciales Paulie Zink dar una entrevista televisiva en la que constantemente atribuia su flexibilidad y agilidad a su entrenamiento en yoga. Yo quería saber lo que este hombre estaba haciendo, así que lo llamé por teléfono y comencé a asistir a una de sus clases. Tenía un enfoque taoísta del yoga (yin y yang). La parte yin eran posturas en el suelo, dirigidas a la cadera, las piernas y la columna lumbar. La mayoría de las posturas fueron sentados, permaneciendo largo tiempo, 10 o 15 minutos. Luego nos pusimos de pie y llevamos a cabo una práctica de una hora de yoga más activo (estilo yang) con posturas como el guerrero, los movimientos marciales, patadas y giros.

La mayoría de las personas estaban allí por el entrenamiento en artes marciales, pero yo estaba interesado en la parte de yoga. Había estado enseñando yoga durante siete años en ese tiempo, y me encontré con que su enfoque taoísta era muy dinámico y diferente. Me preguntaba si había algo en su enfoque que podría incorporar a mis clases.

YJ: ¿Qué le impresionó más de Yin Yoga?
PG: Me impresionó el hecho de que Paulie Zink nunca sentía molestias después de la práctica. Le he preguntado, "¿No le molesta, no siente molestias, por ejemplo en las piernas después de tanta práctica de yoga en un día?" Y él siempre decía que no.  En la práctica de Yin Yoga, siempre y cuando no haga algo mal (que no es probable) no se sienten molestias una vez finalizada la práctica. Esta es una característica única, y me sorprendió porque todo el mundo que hace otras prácticas de yoga (yang o activas) sentía molestias al día siguiente. Era como una insignia de honor. No importa qué tan fuerte o flexible uno sea, uno siente en el cuerpo ciertas molestias.

YJ: ¿Cuánto tiempo estuvo con Zink antes de comenzar la enseñanza de Yin Yoga?
PG: Alrededor de un año. Lo fui asimilando por algunos meses, y luego empecé solo. No hay nada místico en Yin Yoga. Zink enseña las mismas posturas que todo el mundo hace. Hay aproximadamente una docena de posturas que se enfocan especialmente en las caderas y la espalda baja. Después de unos meses, había visto todo el repertorio. No hay ningún secreto en la profundización de la práctica. Si usted puede permanecer en una postura 5 minutos, con el tiempo va a permanecer más hasta llegar a 15 minutos, por ejemplo.  Si usted puede permanecer por 15 minutos, puede hacer luego tres series. Es muy sencillo.

YJ: No lo llamaban Yin Yoga al principio, verdad?

PG: No, al igual que Paulie Zink , lo llamé Yoga Taoísta. El término "Yin Yoga" en realidad procedía de Sarah Powers, que hizo la introducción de lo que yin representa en sus clases en todo el país (EEUU). Ella le decía a sus alumnos que, si estaban interesados en conocer más de esto o de algunos de los fundamentos teóricos de la práctica de Yin Yoga, debian ponerse en contacto con Paul Grilley. Así que yo recibo correos electrónicos de personas que estaban tomando clases con ella, que querían saber más sobre Yin Yoga. Tenía sentido utilizar el mismo lenguaje.

YJ: ¿La gente ve Yin Yoga como otras formas híbridas del yoga?
PG: Sigo teniendo ese tipo de reacción. Se trata de un problema de percepción, pero yo no estoy tratando de hacer que un yogui sea Yin. Ni siquiera sé lo que eso es. Sólo voy a enseñar una manera de hacer algo de yoga que es posible que desee incorporar en su práctica. Es normal que la gente piensa "Oh, Dios, aquí viene otro tipo que toma el yoga y está tratando de hacer una franquicia con eso" Quizás en 10 años va a ser irrelevante, pero ahora se llama Yin Yoga, como una forma de hacerle saber a la gente que va mi clase, que la práctica va a ser algo diferente.


Mateo Solan
Yoga Journal

lunes, 9 de enero de 2012

El yoga tiene principio, pero no final

Yoga es exploración. Las posturas no son estáticas, sino un diálogo constante con tu cuerpo que cambia todos los días. Yoga no es un medio para lograr un resultado como flexibilidad o salud sino un recorrido de por vida para profundizar la ¨inteligencia¨ de nuestro cuerpo –parafraseando al Maestro Iyengar-.

Si hubieran aprendido yoga miles de años atrás, hubiera sido a fuerza de prueba y error, obteniendo conocimiento de sutiles alineamientos del cuerpo, permaneciendo horas en una postura. El yoga se aprende quedándonos un largo tiempo en cada postura. No hay otro camino. Aún cuando como practicantes modernos tenemos el lujo de profesores que explican la alineación correcta para evitarnos tener que descubrirla por nuestra cuenta. El beneficio del yoga se obtiene practicando todos los días, consistentemente, a lo largo de los años. Toma tu práctica como un momento de renovación y exploración, no un momento para progresar hacia la flexibilidad. El progreso viene en pequeñas dosis y grandes mesetas. Practica diariamente sin prestar demasiada atención a cuánto progreso estás haciendo.

En cada asana, nuestra meta es trabajar hacia un poquito de esfuerzo sin demasiado esfuerzo. Esto llega en parte a través del alineamiento correcto permitiendo que nuestro cuerpo se soporte mejor y más a sí mismo sobre su estructura esquelética más que a través del esfuerzo muscular. Y también mediante una memoria somática obtenida por repetición. Es bueno preguntarse siempre dónde estoy sosteniendo un asana con esfuerzo muscular que puedo evitar y aun así sostener la postura intacta. Eliminen el esfuerzo físico innecesario. No estén estáticos en un asana. Sientan donde están y hagan algo. Constantemente sientan donde están sus límites y traten de empujarlos suavemente un poquito. En cada postura, sigan buscando un lugar de mejor y menor esfuerzo.

Todos los cuerpos son diferentes. Algunos siempre serán menos flexibles que otros. La menor flexibilidad no impide que una persona se transforme en un practicante avanzado. Las flexibilidades más importantes son la mental y la emocional. Físicamente, la pregunta es, puedo realizar las acciones necesarias y alineamientos que me permitan respirar en el asana y realizarla gradualmente con menor esfuerzo? El yoga es no-competitivo. No hay razón para competir con otros, y no tiene ningún sentido competir con uno mismo. Cada día serás diferente en tu práctica con respecto a muchos factores como flexibilidad, concentración, conciencia y niveles de energía. Si empezaste yoga hace un año atrás y te encuentras virtualmente en la misma situación de cuando empezaste en determinado asana, pero si te sientes más cómodo hoy en esa postura que cuando comenzaste, entonces has progresado. Todos tienen limitaciones, aún cuando a nuestros ojos parecerieran estar haciendo posturas perfectas. Tu práctica personal debe enfocarse en acortar tu lista de limitaciones, independientemente de las listas ajenas. Recuerda que en yoga, un centímetro es una distancia muy larga. A veces toma años moverse un centímetro. Todos vivimos en una pequeña cajita que se llama ¨cuerpo¨. Cuan contraídos están nuestros cuádriceps o gemelos es solo un lado de la cajita. Tu práctica te permite empujar un poquito todos los lados de la cajita para poder vivir más libre, con un sentimiento de mayor tranquilidad que nos da vivir en una cajita más grande todos los días. Los asanas están diseñados para brindar un efecto físico y mental y el efecto no depende de cuánto podes doblarte en Pascimottanansa o de si poder tocarte la punta de los pies en Uttananasana. Cuando practicas yoga, en algún lugar del camino te vas a tocar los pies, pero eso es solamente un punto arbitrario en toda una vida de haber podido empujar un poquito el borde de la cajita, y no se considera realmente una meta a lograr o algo significativo. El aspecto importante de la práctica del yoga es recibir los beneficios de los asanas en pequeñas dosis cotidianas a lo largo de los años.

El mero contorsionismo no es yoga si se realiza sin extender la inteligencia hacia cada parte y superficie del cuerpo, o si carece de un aspecto espiritual. Lo que hace al yoga no es tanto ¨qué¨ hacemos sino ¨cómo¨ lo hacemos y cuál es el efecto resultante.

Nunca corras hacia la profundidad de la postura de inmediato. Muévete despacio y gradualmente hacia tu postura más profunda. A medida que te mueves en el asana, siente el primer punto de tensión o límite al que has llegado. Detente ahí, y relájate en ese límite. Clarifica tu postura y espera a las sensaciones de estiramiento, dolor, o tensión hasta que de alguna manera se hayan aliviado. Entonces podrás moverte nuevamente hasta encontrar otro límite. Detente una vez más, respira. Repite el proceso una y otra vez hasta llegar al último límite de ese día en esa postura, una vez que las sensaciones de tensión ya no desaparezcan luego de una espera razonable.

Una vez que has realizado todos los ajustes y acciones que sabes en un asana, entonces la práctica de ese asana COMIENZA. Debes permanecer en la postura por un período de tiempo antes de salir, permitiéndole a ese límite que se ablande. Resiste la tentación de salir de la postura cuando hayas terminado de realizar los ajustes. Sostiene la postura y esperen a esa indicación interna que te indica el momento de salir de la postura. No existe una postura final o limite último. Siempre aparecerán nuevos límites.

Permanece en cada asana tanto como te sientas integrado, sólido, hasta sublime. Y sólo entonces muévete hacia otra postura cuando esa cualidad desaparezca. Esto no quiere decir que abandones temprano porque el asana es difícil o incómoda, sino que no permanezcas innecesariamente un largo tiempo en la postura en la cual ya has perdido la atención somática o que ya no pueden extender su inteligencia a cada parte del cuerpo de una manera clara y pareja.

Geeta Iyengar

Siete Arquetipos en la práctica de Asanas

"Creemos que hay siete posturas arquetípicas que son la base de la práctica de asanas.  Los primeros cinco arquetipos se aplican a las ...